Caminé lento hasta mi casa.
Tomé el camino largo, para poder pensar en todo sin apuros y despejar mi mente.
¿Qué acababa de pasar? En serio, me comporte como un completo idiota, pero creo fue el impulso del momento. Y no sé de a qué me refería, si a la forma en que la abracé y la atraje hacia mi, o si a la forma en que le traté, como escupiendo las palabras y como si la pobre tuviera la culpa de todo lo que le pasa.
Incluso aunque todo lo que dije haya sido verdad. A veces no entiendo mis propios cambios de humor.
Pero, ¿es que ella en serio consideró hacerse daño a si misma? ¿es que lo amaba tanto? ¿a tal punto de hacerse eso, sólo porque no estaba con él?.
Me sentía mal, y no tenia idea de porqué. Fue la suma de todo lo que paso, o la gota que llenó el vaso.
Por culpa de mi de impulsividad tenia que tomar una decisión. Yo le había dicho que técnicamente no me hablara mas, aunque mis palabras no fueron exactamente esas.
Mis palabras fueron “cuando te vuelvas a dirigir a mi, lo haces como la persona que eras antes”. ¡¿Estaba loco?!, ¡la chica nunca volvería a ser como antes!. Entonces ahí encontraba el problema.
¿Qué hacia? ¿cumplía con lo que dije, y así poder tener una minima esperanza de que le importo y vuelva a ser alguien, aunque sea normal?.
O… simplemente dejo atrás toda esperanza, y que todo quede cómo está, conformándome solo con lo que quedó de ella.
Definitivamente aunque me cueste llevarlo a cabo, iba a poner toda mi esperanza en que ella iba a mejorar un día, incluso aunque no fuere por mi, entonces que sea por ella misma.
Se podría decir que yo era el tipo de chico simpático, el cual habla con todos. Por lo que no hubo ningún problema al irme con otros amigos, y no es que era como el nuevo que nadie conocía, sino que desde que Emily se separó de Ryan yo estuve pendiente mas de ella que de alguien más.
Asíque fuera de las horas de clases, yo estaba con ellos. Claro sin dejar de estar pendiente de Emily.
La cual se la veía incomoda por momentos. A pesar de que a mi me costaba el doble de trabajo que a ella estar alejado, por momentos no podía reparar en sentirme un poco halagado. Ella sentía mi ausencia, y eso me hacia sentir -pensé cual seria la palabra correcta- satisfecho.
Así, como había momentos en los que me sentía halagado, también había esos otros momentos en los que me sentía insignificante, puesto que ella en esos momentos quería estar sola, y lo único que había logrado fue quitarle esa molestia que no la dejaba en soledad.
─¡OH Liam! Menos mal que decidiste salir de la oscuridad ─dijo a modo de chiste Ashley mientras se sentaba junto a mi, y alejaba una mirada feroz de Emily. No me había percatado que se pasó todo el rato mirándome para, seguramente, ver si sacaba la mirada de Emily. ─¿Vuelves al bando de los buenos? ─prosiguió para obtener mi completa atención.
Tenia una vista general conformada por un grupo de chicos y chicas, con todos sus ojos puestos en mi, y su entera atención a mi respuesta.
─¿Quieres decir que estos son los buenos? ─dije sonriendo con cara de incredulidad fingida, señalando a cada uno de ellos. ─¿Es que es el Apocalipsis? ─fingí terror por eso.
Se rieron de mi, y uno de ellos, Tyler, se levantó para venir hasta mi posición. Extendió su mano y agarró la mía para ponerme de pie y darme unas palmadas al hombro, como señal de bienvenida.
─Hermanos de vuelta.
─Nunca dejamos de serlo Tyler.
La campana sonó para entrar de nuevo a clases. Ashley me tomó del brazo y me empujo para ir clases.
No me soltó, incluso cuando empecé a caminar a su lado.
Tenia que volver a acostumbrarme a esto, porque de no ser así, estaba mal.
Estaba mal porque yo era así, y no podía ser verdad que haya cambiado tanto. Hasta incluso la chica que me atraía y me hacia volar la cabeza, ahora no me parecía mas que una mochila de piedras.
A lo mejor sea porque es el primer día, o a lo mejor porque algo cambió en mi.
A final de clases me apresuré a ser uno de los primeros en salir para poder ver que tal iba Emily con este “experimento”. Pero para cuando estaba a punto de alcanzar su clase, algo me hizo detenerme. Mire hacia mi costado y estaba Ashley con su sonrisa energizante.
─¿A dónde vas corriendo? ¿Se te va la carroza? ─preguntó sin esperar una respuesta, sólo quería detener mi paso. ─Parece que hubieran pasados años desde la ultima vez que hablamos. Asíque, ¡te voy a contar la historia de mi vida!. Acompáñame.
No podía negarme, ni siquiera me dio elección.
¡Fue el camino más largo de la vida! Creo que por poco más, no me cuenta hasta lo que hizo su abuela.
En los momentos en que preguntaba por mi, y por lo que había hecho. Siempre intentaba zafarme respondiendo de manera sutil otra cosa, que la hiciera reír o cualquier otra reacción que no se centrara en mi. Pero incluso aunque fui sutil, podría dar lo que sea, a que lo notó tan fácilmente como si fuera mal mentiroso. Pude verlo en su rostro, y en la manera en que cambiaba el tipo de preguntas, solo a mi favor.
Una vez solo en la calle, quería sentirme seguro. Fue como si todo ese día me hubiera sentido vulnerable o algo parecido.
Por lo que empecé a correr, sin detenerme a mirar o a escuchar a la gente que pasaba casi rozando.
Tomé el camino largo, para poder pensar en todo sin apuros y despejar mi mente.
¿Qué acababa de pasar? En serio, me comporte como un completo idiota, pero creo fue el impulso del momento. Y no sé de a qué me refería, si a la forma en que la abracé y la atraje hacia mi, o si a la forma en que le traté, como escupiendo las palabras y como si la pobre tuviera la culpa de todo lo que le pasa.
Incluso aunque todo lo que dije haya sido verdad. A veces no entiendo mis propios cambios de humor.
Pero, ¿es que ella en serio consideró hacerse daño a si misma? ¿es que lo amaba tanto? ¿a tal punto de hacerse eso, sólo porque no estaba con él?.
Me sentía mal, y no tenia idea de porqué. Fue la suma de todo lo que paso, o la gota que llenó el vaso.
Por culpa de mi de impulsividad tenia que tomar una decisión. Yo le había dicho que técnicamente no me hablara mas, aunque mis palabras no fueron exactamente esas.
Mis palabras fueron “cuando te vuelvas a dirigir a mi, lo haces como la persona que eras antes”. ¡¿Estaba loco?!, ¡la chica nunca volvería a ser como antes!. Entonces ahí encontraba el problema.
¿Qué hacia? ¿cumplía con lo que dije, y así poder tener una minima esperanza de que le importo y vuelva a ser alguien, aunque sea normal?.
O… simplemente dejo atrás toda esperanza, y que todo quede cómo está, conformándome solo con lo que quedó de ella.
Definitivamente aunque me cueste llevarlo a cabo, iba a poner toda mi esperanza en que ella iba a mejorar un día, incluso aunque no fuere por mi, entonces que sea por ella misma.
Se podría decir que yo era el tipo de chico simpático, el cual habla con todos. Por lo que no hubo ningún problema al irme con otros amigos, y no es que era como el nuevo que nadie conocía, sino que desde que Emily se separó de Ryan yo estuve pendiente mas de ella que de alguien más.
Asíque fuera de las horas de clases, yo estaba con ellos. Claro sin dejar de estar pendiente de Emily.
La cual se la veía incomoda por momentos. A pesar de que a mi me costaba el doble de trabajo que a ella estar alejado, por momentos no podía reparar en sentirme un poco halagado. Ella sentía mi ausencia, y eso me hacia sentir -pensé cual seria la palabra correcta- satisfecho.
Así, como había momentos en los que me sentía halagado, también había esos otros momentos en los que me sentía insignificante, puesto que ella en esos momentos quería estar sola, y lo único que había logrado fue quitarle esa molestia que no la dejaba en soledad.
─¡OH Liam! Menos mal que decidiste salir de la oscuridad ─dijo a modo de chiste Ashley mientras se sentaba junto a mi, y alejaba una mirada feroz de Emily. No me había percatado que se pasó todo el rato mirándome para, seguramente, ver si sacaba la mirada de Emily. ─¿Vuelves al bando de los buenos? ─prosiguió para obtener mi completa atención.
Tenia una vista general conformada por un grupo de chicos y chicas, con todos sus ojos puestos en mi, y su entera atención a mi respuesta.
─¿Quieres decir que estos son los buenos? ─dije sonriendo con cara de incredulidad fingida, señalando a cada uno de ellos. ─¿Es que es el Apocalipsis? ─fingí terror por eso.
Se rieron de mi, y uno de ellos, Tyler, se levantó para venir hasta mi posición. Extendió su mano y agarró la mía para ponerme de pie y darme unas palmadas al hombro, como señal de bienvenida.
─Hermanos de vuelta.
─Nunca dejamos de serlo Tyler.
La campana sonó para entrar de nuevo a clases. Ashley me tomó del brazo y me empujo para ir clases.
No me soltó, incluso cuando empecé a caminar a su lado.
Tenia que volver a acostumbrarme a esto, porque de no ser así, estaba mal.
Estaba mal porque yo era así, y no podía ser verdad que haya cambiado tanto. Hasta incluso la chica que me atraía y me hacia volar la cabeza, ahora no me parecía mas que una mochila de piedras.
A lo mejor sea porque es el primer día, o a lo mejor porque algo cambió en mi.
A final de clases me apresuré a ser uno de los primeros en salir para poder ver que tal iba Emily con este “experimento”. Pero para cuando estaba a punto de alcanzar su clase, algo me hizo detenerme. Mire hacia mi costado y estaba Ashley con su sonrisa energizante.
─¿A dónde vas corriendo? ¿Se te va la carroza? ─preguntó sin esperar una respuesta, sólo quería detener mi paso. ─Parece que hubieran pasados años desde la ultima vez que hablamos. Asíque, ¡te voy a contar la historia de mi vida!. Acompáñame.
No podía negarme, ni siquiera me dio elección.
¡Fue el camino más largo de la vida! Creo que por poco más, no me cuenta hasta lo que hizo su abuela.
En los momentos en que preguntaba por mi, y por lo que había hecho. Siempre intentaba zafarme respondiendo de manera sutil otra cosa, que la hiciera reír o cualquier otra reacción que no se centrara en mi. Pero incluso aunque fui sutil, podría dar lo que sea, a que lo notó tan fácilmente como si fuera mal mentiroso. Pude verlo en su rostro, y en la manera en que cambiaba el tipo de preguntas, solo a mi favor.
Una vez solo en la calle, quería sentirme seguro. Fue como si todo ese día me hubiera sentido vulnerable o algo parecido.
Por lo que empecé a correr, sin detenerme a mirar o a escuchar a la gente que pasaba casi rozando.