─¡Oye!, ¿qué haces? ─Liam me sacó de mi pequeño mundo creado para no sufrir tanto.
─¿qué? ─no entendía a que se refería, no estaba haciendo nada.
Mientras se acercaba a mi, extendía sus mano hacia las mías, por lo que instintivamente las atraje hacia mi. Sin embargo, no le importó mi rechazo, y las tomó haciendo un gesto que no entendí.
Las miré y comprendí a que se refería.
Estaba respondiendo a mi pregunta.
Mis muñecas y antebrazos estaban sangrando, y mis dedos llenos de sangre.
─¿Qué crees que haces? ¿Cómo se te ocurre? ¿Es que no has pensado en el daño que causas?
Yo no entendía nada, en ningún momento me acuerdo de haberme hecho eso yo misma, ni siquiera he sentido el dolor hasta que él me lo dijo.
─Yo… yo… ─Quise explicarle, pero ¿cómo le iba explicar algo que ni yo entendía?
─¡Vamos! Me explicas luego. ─Su tono de voz, serio y autoritario, no me gustó en absoluto, pero le seguí porque todavía estaba en shock.
Yo si estaba sufriendo, si tenia ganas de desaparecer de todo, pero no tenia el coraje de hacerlo.
Asíque supongo que lo hice inconcientemente mientras estaba en un estado de ensoñación.
Liam me llevó a la enfermería del colegio, que no estaba muy lejos. Le dije a la enfermera q me caí y me había raspado con uno cristales que estaban en el suelo. La historia era muy creíble, puesto que las heridas podrían pasar muy bien como tal.
─¡Listo pequeña! Ahora, toma esto ─decía mientras tendía un frasco con un liquido amarillento y unas cuantas gasas ─Las gasas las tienes que cambiar seguido, así la herida sanará mas rápido y también para que no se infecte.
─Muchas gracias ─Dije para no ser descortés, pero lo cierto es que no me interesaba mucho socializar.
─No hay problema, te cuidas, ¿si? ─dijo la enfermera con cara de preocupación, pero no exactamente por mi salud, sino mas bien por su trabajo. Se le podía ver en la cara que no le agradaba mucho tener que andar curando a un par de adolescentes inquietos que hacen lo que se venga en gana. Y yo no la culpaba, de hecho, tenia razón.
Le dedique una media sonrisa como respuesta, y salí de allí.
Iba ir a mi casillero a sacar una chaqueta para ponerme y que nadie notara nada, pero cuando crucé la puerta noté por el rabillo del ojo, que alguien estaba apoyado contra la pared esperando.
─¿Qué tal?. ─dijo Liam mientras se acomodaba a mi paso.
─Si, bueno.. He tenido días de ocio mucho mejores que este. Asíque para mejorarlo, me voy a mi casa.
─La salida es por el otro lado ─dijo señalando con el dedo pulgar su espalda.
─Lo sé. ─dije de modo cortante en un intento de que acabara la conversación, pero luego lo mire de reojo ,y vi que hizo un gesto raro parecido al que uno hace cuando lo rechazan. Ese gesto me hizo sentir mal, e hizo que aminorara el paso. ─pero voy a buscar mi chaqueta para ponerme porque me ha hecho frío ─proseguí rápidamente para sacarme de encima ese sentimiento de culpa y pena.
Liam se quedo callado acompañándome, hasta mi casillero. Una vez que me puse mi chaqueta, seguí camino por el pasillo aunque ahora en dirección contraria.
Luego de unos segundos, miré a mi costado y estaba Liam allí, solo un paso atrás mío. Me miraba atento. Y eso me irritó un poco.
─¿qué? ─dije desviando la vista.
─Me debes una cierta explicación, o es que también tienes problemas de memoria. ─Esto último fue puro sarcasmo.
─No, no tengo problemas de memoria por ahora, pero creo que fue muy obvio lo que pasó.
─Entonces… no hay un “muchas gracias Liam, por salvarme mi vida, eres todo un héroe” ─Dijo parodiando con voz mas aguda.
Yo me reí para mis adentros, porque no quería darle con el gusto.
Al ver que no hubo respuesta alguna por mi parte continuó.
─¡Que humor, por dios! Te cobraré horas extras por servirte de bufón. ─Dijo poniéndose serio, para tantear que tan malhumorada estaba.
Yo no pude mas, asíque le dedique una sonrisa con falta de gracia, pero en fin, una sonrisa honesta.
─Oye, escucha ─dijo interponiéndose en mi camino. ─No me gustó nada lo que vi hace poco, ¿OK? Y ya estoy mas que enfermo de verte sufrir por alguien que no lo merece, ¿entiendes? ─pude ver en sus relucientes ojos como el cielo, que me estaba hablando con el corazón. ─Así que, vete a casa y piensa todo lo que quieras, tomate el tiempo que pienses que es necesario, pero cuando te vuelvas a dirigir a mi, lo haces como si fueras aquella persona feliz y dulce que eras ─mientras el decía todo esto, mi rostro se iba empapando en lagrimas que ya no podían quedarse guardadas por mas tiempo. ─hay un tiempo para todo, y el tiempo de que sufras por ese imbécil de Ryan se ha terminado.
Lo que estaba diciendo tenia sentido, y probablemente tenia razón, pero era difícil olvidarlo todo.
Lloraba a más no poder, supongo que por esa razón Liam se compadeció de mi, y me abrazo fuerte. Como si la fuerza de su abrazo dependiera de la magnitud del dolor. Me agarré de Liam como si dependiera de su abrazo para no caer.
Después de tanto tiempo, me sentí consolada.
─Te acompaño ─susurro cerca de mi oído.
De una manera delicada cambio de postura para poder caminar y seguir abrazándome, y llevarme por fin a mi casa.
Bien, acabo de leer el primer capítulo. Me ha parecido una historia juvenil que podría ser real. Lo has plasmado bien, con el lenguaje adecuado. No se quién es Liam, pero te diré que ha conseguido mi afecto. Seguiré leyendo tu historia.
ResponderEliminarjajaja.. agradezco tus comentarios. me alegra que te guste! y por sobre todo que sigas leyendo, claro.
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