Era la fiesta de alguien en la escuela que no recordaba su nombre, pero no importaba tampoco. Eso no era lo que importaba.
La casa era elegante, todo de madera costosa, con ventanales por donde quiera que se vea. Había cuadros de muy buen gusto en los lugares exactos, todo encajaba perfectamente. También parecía todo muy delicado, me daba miedo moverme bruscamente y romper algo.
Me encontraba rodeada de gente que en la vida había visto, sin embargo me resultaban conocidas.
Estaba en la “barra” -creo que se le puede llamar así, después de tanto lujo, ¿Por qué esta gente no iba a tener su propia barra en su living?-, en mis manos tenia un vaso estrecho, pero alto, tenia una bebida alcohólica que me gustaba, supuse que era Sex on the Beach. Mire a mi costado y vi a Helen, mi mejor amiga, que estaba con la mirada perdida en la gente que se agrupaba para bailar.
─¿A quién le hechas el ojo? ─pregunté divertida por su expresión. Supuse que estaba imaginando cosas, como era su costumbre en cuanto veía alguien interesante.
Ella sonrió ante mi pregunta, y seguramente porque había acertado.
─En la otra punta, ¿ves? Remera bien ajustadita a esa crueldad para mi,... bueno…-se detuvo para no seguir, yo me reí con ganas y ella prosiguió. ─jeans oscuros, moreno. Por favor, párame cuando quieras, ¿eh? ¿No te das cuenta que se me cae la baba?
─Si, si ─Dije entre risas. ─Disculpa, me perdí en tu descripción. Ya lo veo, no está nada mal.
Me miró con una mirada seria, casi de perrito mojado.
─No puedo hacerlo sola, ¡ayúdame! ─Pidió
─¡¿qué?! No, no… pero… ¿qué quieres que haga? ¿Ir y decir, “hola, a mi amiga se le cae la baba por ti”? Estas loca. ─Declaré
─No, no seas tonta. Sólo quiero bailar con él, y lo demás queda para el destino. ─Se estaba molestando porque veía por si misma que no iba a hacer semejante ridiculez. Sin embargo, mientras ella hablaba, le pedí al cantinero más de lo que estaba tomando.
─Aquí tiene ─dijo con extremo interés, que no presté atención.
Miré a mi amiga que tenia la cabeza gacha por mi rechazo.
Bufé teatralmente para llamar su atención.
Ella me observó atentamente con la esperanza en sus ojos castaños.
Levanté ambas cejas como signo de que siguiera cada paso. Me llevé el vaso a la boca, y bebí hasta el fondo su contenido. Quedé un poco estúpida, pero en fin, crucé la habitación en dirección al “moreno” sin nombre, por ahora.
Me hice la distraída y me detuve cerca de él.
A continuación, hice lo primero que se me pasó por la mente.
Lo miré intentando parecer que lo conocía, hasta que se fijó en mí.
─Yo te conozco ─dije extrañada de haberlo encontrado aquí.
─Mmm… No lo sé ─Dijo pensativo, intentando recordar mi persona.
─Bueno, en realidad no a mí. Pero si alguien especial. ─Decía lo primero que se me ocurría.
─¿Sos pariente de alguien que conozco?
No sé porque, pero me quedé en blanco.
─Voy a empezar de nuevo ─respondí con una sonrisa tonta en los labios. ─Si te conozco, por supuesto, ¿cómo no conocer el hombre que le robó el corazón a mi mejor amiga? ─¡Que vergüenza!, me estaba poniendo en ridículo a mi misma, sentía como la sangre subía rápidamente a mis mejillas.
El tipo estará pensando que estoy bien borracha. Lo peor de todo es que la entera situación me causaba risa, pero la contuve para no arruinarlo todo.
Al comprender a qué me refería, sonrió.
Al no obtener respuesta, me puse más roja todavía, hubiera parecido un tomate a los ojos del “moreno”.
─¡Vamos! ─reinicie la conversación, que no se porqué se había acabado incómodamente. Miré a donde mi amiga esperaba y moví la cabeza en señal para que viniera. ─Es una fiesta y hay que divertirse, ¿no? Además ella es preciosa. Me das las gracias luego. ─hice lugar para que Helen se incorporara entre nosotros.
─Hola ─dijo tímidamente Helen.
─Ella es Helen. Helen, el es… es… ─No me di cuenta que ni siquiera le pregunté su nombre. Era tan patética, que el “moreno” quiso salvar mi pobre intento de ser intermediaria-Cupido.
─Soy Derek ─respondió.
Listo, mi trabajo terminó. Así que me retiré disimuladamente.
Cuando me retiraba, volteé para dar media vuelta. Y me tropecé con alguien.
─Lo siento ─me apresuré a decir, y cuando levante la vista, era Liam.
─No hay problema, ─respondió sonriendo ─en tanto bailes conmigo.
De repente me agarró con una mano la cintura, y la otra en el hombro. No pude escapar, por supuesto.
Bailaba lento, totalmente descolocado a la música que tocaba, que por el contrario, era movida.
─Estás muy linda hoy ─dijo en tono seductor.
La música cambió por completo y de repente estábamos bien a su compás.
─¿Qué estás diciendo? ─dije sonriendo por el cumplido.
─Podría decir muchas cosas sobre ti. Pero antes, me parece mejor hechos, que mil palabras
Rodeó con ambos brazos mi cintura, lo que lo acercó mucho más a mí.
Se fue acercando más y más a mí, hasta tener su rostro a escasos centímetros del mío, podía hasta sentir su calida respiración.
***
Desperté agitada, tirando las almohadas por cualquier lado.
Suspiré.
Nada tenia sentido, ¡por supuesto!
Fue un sueño. Hice una mueca ante el hecho, y fue doloroso. Sentí todo el lado izquierdo hinchado. Cierto, recordé lo de anoche.
Salté de la cama, alcé las almohadas, para no tropezar, y me dirigí al espejo.
Encontré la cara de una chica pálida, asustada y con la mirada en el pasado.
Voy a cambiar eso.
Hoy voy a planear un viaje, con destino desconocido.
***
Miraba por la ventana del colectivo como el paisaje se iba poco a poco.
El destino me enviaria al lugar que le apetezca.
No me importaba tampoco, ya estaba conforme con solo alejarme de el hueco negro que es mi casa.
La casa era elegante, todo de madera costosa, con ventanales por donde quiera que se vea. Había cuadros de muy buen gusto en los lugares exactos, todo encajaba perfectamente. También parecía todo muy delicado, me daba miedo moverme bruscamente y romper algo.
Me encontraba rodeada de gente que en la vida había visto, sin embargo me resultaban conocidas.
Estaba en la “barra” -creo que se le puede llamar así, después de tanto lujo, ¿Por qué esta gente no iba a tener su propia barra en su living?-, en mis manos tenia un vaso estrecho, pero alto, tenia una bebida alcohólica que me gustaba, supuse que era Sex on the Beach. Mire a mi costado y vi a Helen, mi mejor amiga, que estaba con la mirada perdida en la gente que se agrupaba para bailar.
─¿A quién le hechas el ojo? ─pregunté divertida por su expresión. Supuse que estaba imaginando cosas, como era su costumbre en cuanto veía alguien interesante.
Ella sonrió ante mi pregunta, y seguramente porque había acertado.
─En la otra punta, ¿ves? Remera bien ajustadita a esa crueldad para mi,... bueno…-se detuvo para no seguir, yo me reí con ganas y ella prosiguió. ─jeans oscuros, moreno. Por favor, párame cuando quieras, ¿eh? ¿No te das cuenta que se me cae la baba?
─Si, si ─Dije entre risas. ─Disculpa, me perdí en tu descripción. Ya lo veo, no está nada mal.
Me miró con una mirada seria, casi de perrito mojado.
─No puedo hacerlo sola, ¡ayúdame! ─Pidió
─¡¿qué?! No, no… pero… ¿qué quieres que haga? ¿Ir y decir, “hola, a mi amiga se le cae la baba por ti”? Estas loca. ─Declaré
─No, no seas tonta. Sólo quiero bailar con él, y lo demás queda para el destino. ─Se estaba molestando porque veía por si misma que no iba a hacer semejante ridiculez. Sin embargo, mientras ella hablaba, le pedí al cantinero más de lo que estaba tomando.
─Aquí tiene ─dijo con extremo interés, que no presté atención.
Miré a mi amiga que tenia la cabeza gacha por mi rechazo.
Bufé teatralmente para llamar su atención.
Ella me observó atentamente con la esperanza en sus ojos castaños.
Levanté ambas cejas como signo de que siguiera cada paso. Me llevé el vaso a la boca, y bebí hasta el fondo su contenido. Quedé un poco estúpida, pero en fin, crucé la habitación en dirección al “moreno” sin nombre, por ahora.
Me hice la distraída y me detuve cerca de él.
A continuación, hice lo primero que se me pasó por la mente.
Lo miré intentando parecer que lo conocía, hasta que se fijó en mí.
─Yo te conozco ─dije extrañada de haberlo encontrado aquí.
─Mmm… No lo sé ─Dijo pensativo, intentando recordar mi persona.
─Bueno, en realidad no a mí. Pero si alguien especial. ─Decía lo primero que se me ocurría.
─¿Sos pariente de alguien que conozco?
No sé porque, pero me quedé en blanco.
─Voy a empezar de nuevo ─respondí con una sonrisa tonta en los labios. ─Si te conozco, por supuesto, ¿cómo no conocer el hombre que le robó el corazón a mi mejor amiga? ─¡Que vergüenza!, me estaba poniendo en ridículo a mi misma, sentía como la sangre subía rápidamente a mis mejillas.
El tipo estará pensando que estoy bien borracha. Lo peor de todo es que la entera situación me causaba risa, pero la contuve para no arruinarlo todo.
Al comprender a qué me refería, sonrió.
Al no obtener respuesta, me puse más roja todavía, hubiera parecido un tomate a los ojos del “moreno”.
─¡Vamos! ─reinicie la conversación, que no se porqué se había acabado incómodamente. Miré a donde mi amiga esperaba y moví la cabeza en señal para que viniera. ─Es una fiesta y hay que divertirse, ¿no? Además ella es preciosa. Me das las gracias luego. ─hice lugar para que Helen se incorporara entre nosotros.
─Hola ─dijo tímidamente Helen.
─Ella es Helen. Helen, el es… es… ─No me di cuenta que ni siquiera le pregunté su nombre. Era tan patética, que el “moreno” quiso salvar mi pobre intento de ser intermediaria-Cupido.
─Soy Derek ─respondió.
Listo, mi trabajo terminó. Así que me retiré disimuladamente.
Cuando me retiraba, volteé para dar media vuelta. Y me tropecé con alguien.
─Lo siento ─me apresuré a decir, y cuando levante la vista, era Liam.
─No hay problema, ─respondió sonriendo ─en tanto bailes conmigo.
De repente me agarró con una mano la cintura, y la otra en el hombro. No pude escapar, por supuesto.
Bailaba lento, totalmente descolocado a la música que tocaba, que por el contrario, era movida.
─Estás muy linda hoy ─dijo en tono seductor.
La música cambió por completo y de repente estábamos bien a su compás.
─¿Qué estás diciendo? ─dije sonriendo por el cumplido.
─Podría decir muchas cosas sobre ti. Pero antes, me parece mejor hechos, que mil palabras
Rodeó con ambos brazos mi cintura, lo que lo acercó mucho más a mí.
Se fue acercando más y más a mí, hasta tener su rostro a escasos centímetros del mío, podía hasta sentir su calida respiración.
***
Desperté agitada, tirando las almohadas por cualquier lado.
Suspiré.
Nada tenia sentido, ¡por supuesto!
Fue un sueño. Hice una mueca ante el hecho, y fue doloroso. Sentí todo el lado izquierdo hinchado. Cierto, recordé lo de anoche.
Salté de la cama, alcé las almohadas, para no tropezar, y me dirigí al espejo.
Encontré la cara de una chica pálida, asustada y con la mirada en el pasado.
Voy a cambiar eso.
Hoy voy a planear un viaje, con destino desconocido.
***
Miraba por la ventana del colectivo como el paisaje se iba poco a poco.
El destino me enviaria al lugar que le apetezca.
No me importaba tampoco, ya estaba conforme con solo alejarme de el hueco negro que es mi casa.
Bueno, de momento encuentro un poco perdida a Emily. La idea de la huída de casa, también típica de la juventud en los momentos de crisis. Bueno tú dirás cómo sigue la historia.
ResponderEliminareste capitulo quedó medio volando, lo reconozco. pero intentaba plasmar que en el sueño plasma los deseos de su subconciente
ResponderEliminar