miércoles, 27 de octubre de 2010

Capitulo 2: Liam

Caminé lento hasta mi casa.

   Tomé el camino largo, para poder pensar en todo sin apuros y despejar mi mente.

   ¿Qué acababa de pasar? En serio, me comporte como un completo idiota, pero creo fue el impulso del momento. Y no sé de a qué me refería, si a la forma en que la abracé y la atraje hacia mi, o si a la forma en que le traté, como escupiendo las palabras y como si la pobre tuviera la culpa de todo lo que le pasa.

   Incluso aunque todo lo que dije haya sido verdad. A veces no entiendo mis propios cambios de humor.

   Pero, ¿es que ella en serio consideró hacerse daño a si misma? ¿es que lo amaba tanto? ¿a tal punto de hacerse eso, sólo porque no estaba con él?.

   Me sentía mal, y no tenia idea de porqué. Fue la suma de todo lo que paso, o la gota que llenó el vaso.

   Por culpa de mi de impulsividad tenia que tomar una decisión. Yo le había dicho que técnicamente no me hablara mas, aunque mis palabras no fueron exactamente esas.

   Mis palabras fueron “cuando te vuelvas a dirigir a mi, lo haces como la persona que eras antes”. ¡¿Estaba loco?!, ¡la chica nunca volvería a ser como antes!. Entonces ahí encontraba el problema.

   ¿Qué hacia? ¿cumplía con lo que dije, y así poder tener una minima esperanza de que le importo y vuelva a ser alguien, aunque sea normal?.

   O… simplemente dejo atrás toda esperanza, y que todo quede cómo está, conformándome solo con lo que quedó de ella.

   Definitivamente aunque me cueste llevarlo a cabo, iba a poner toda mi esperanza en que ella iba a mejorar un día, incluso aunque no fuere por mi, entonces que sea por ella misma.

   Se podría decir que yo era el tipo de chico simpático, el cual habla con todos. Por lo que no hubo ningún problema al irme con otros amigos, y no es que era como el nuevo que nadie conocía, sino que desde que Emily se separó de Ryan yo estuve pendiente mas de ella que de alguien más.


   Asíque fuera de las horas de clases, yo estaba con ellos. Claro sin dejar de estar pendiente de Emily.

   La cual se la veía incomoda por momentos. A pesar de que a mi me costaba el doble de trabajo que a ella estar alejado, por momentos no podía reparar en sentirme un poco halagado. Ella sentía mi ausencia, y eso me hacia sentir -pensé cual seria la palabra correcta- satisfecho.

   Así, como había momentos en los que me sentía halagado, también había esos otros momentos en los que me sentía insignificante, puesto que ella en esos momentos quería estar sola, y lo único que había logrado fue quitarle esa molestia que no la dejaba en soledad.

   ─¡OH Liam! Menos mal que decidiste salir de la oscuridad dijo a modo de chiste Ashley mientras se sentaba junto a mi, y alejaba una mirada feroz de Emily. No me había percatado que se pasó todo el rato mirándome para, seguramente, ver si sacaba la mirada de Emily. ¿Vuelves al bando de los buenos? prosiguió para obtener mi completa atención.

   Tenia una vista general conformada por un grupo de chicos y chicas, con todos sus ojos puestos en mi, y su entera atención a mi respuesta.

  ─¿Quieres decir que estos son los buenos? dije sonriendo con cara de incredulidad fingida, señalando a cada uno de ellos. ¿Es que es el Apocalipsis? fingí terror por eso.

   Se rieron de mi, y uno de ellos, Tyler, se levantó para venir hasta mi posición. Extendió su mano y agarró la mía para ponerme de pie y darme unas palmadas al hombro, como señal de bienvenida.

   ─Hermanos de vuelta.
 
   ─Nunca dejamos de serlo Tyler.

   La campana sonó para entrar de nuevo a clases. Ashley me tomó del brazo y me empujo para ir clases.

   No me soltó, incluso cuando empecé a caminar a su lado.

   Tenia que volver a acostumbrarme a esto, porque de no ser así, estaba mal.

   Estaba mal porque yo era así, y no podía ser verdad que haya cambiado tanto. Hasta incluso la chica que me atraía y me hacia volar la cabeza, ahora no me parecía mas que una mochila de piedras.

   A lo mejor sea porque es el primer día, o a lo mejor porque algo cambió en mi.

   A final de clases me apresuré a ser uno de los primeros en salir para poder ver que tal iba Emily con este “experimento”. Pero para cuando estaba a punto de alcanzar su clase, algo me hizo detenerme. Mire hacia mi costado y estaba Ashley con su sonrisa energizante.

   ─¿A dónde vas corriendo? ¿Se te va la carroza? preguntó sin esperar una respuesta, sólo quería detener mi paso. Parece que hubieran pasados años desde la ultima vez que hablamos. Asíque, ¡te voy a contar la historia de mi vida!. Acompáñame.

   No podía negarme, ni siquiera me dio elección.

   ¡Fue el camino más largo de la vida! Creo que por poco más, no me cuenta hasta lo que hizo su abuela.

   En los momentos en que preguntaba por mi, y por lo que había hecho. Siempre intentaba zafarme respondiendo de manera sutil otra cosa, que la hiciera reír o cualquier otra reacción que no se centrara en mi. Pero incluso aunque fui sutil, podría dar lo que sea, a que lo notó tan fácilmente como si fuera mal mentiroso. Pude verlo en su rostro, y en la manera en que cambiaba el tipo de preguntas, solo a mi favor.

   Una vez solo en la calle, quería sentirme seguro. Fue como si todo ese día me hubiera sentido vulnerable o algo parecido.

   Por lo que empecé a correr, sin detenerme a mirar o a escuchar a la gente que pasaba casi rozando.

martes, 26 de octubre de 2010

Capitulo 1

─¡Oye!, ¿qué haces? ─Liam me sacó de mi pequeño mundo creado para no sufrir tanto.

   ─¿qué? ─no entendía a que se refería, no estaba haciendo nada.

   Mientras se acercaba a mi, extendía sus mano hacia las mías, por lo que instintivamente las atraje hacia mi. Sin embargo, no le importó mi rechazo, y las tomó haciendo un gesto que no entendí.

   Las miré y comprendí a que se refería.

   Estaba respondiendo a mi pregunta.

   Mis muñecas y antebrazos estaban sangrando, y mis dedos llenos de sangre.

   ─¿Qué crees que haces? ¿Cómo se te ocurre? ¿Es que no has pensado en el daño que causas?

  Yo no entendía nada, en ningún momento me acuerdo de haberme hecho eso yo misma, ni siquiera he sentido el dolor hasta que él me lo dijo.

   ─Yo… yo… ─Quise explicarle, pero ¿cómo le iba explicar algo que ni yo entendía?

   ─¡Vamos! Me explicas luego. ─Su tono de voz, serio y autoritario, no me gustó en absoluto, pero le seguí porque todavía estaba en shock.

   Yo si estaba sufriendo, si tenia ganas de desaparecer de todo, pero no tenia el coraje de hacerlo.

   Asíque supongo que lo hice inconcientemente mientras estaba en un estado de ensoñación.

   Liam me llevó a la enfermería del colegio, que no estaba muy lejos. Le dije a la enfermera q me caí y me había raspado con uno cristales que estaban en el suelo. La historia era muy creíble, puesto que las heridas podrían pasar muy bien como tal.

   ─¡Listo pequeña! Ahora, toma esto ─decía mientras tendía un frasco con un liquido amarillento y unas cuantas gasas ─Las gasas las tienes que cambiar seguido, así la herida sanará mas rápido y también para que no se infecte.

   ─Muchas gracias ─Dije para no ser descortés, pero lo cierto es que no me interesaba mucho socializar.

   ─No hay problema, te cuidas, ¿si? ─dijo la enfermera con cara de preocupación, pero no exactamente por mi salud, sino mas bien por su trabajo. Se le podía ver en la cara que no le agradaba mucho tener que andar curando a un par de adolescentes inquietos que hacen lo que se venga en gana. Y yo no la culpaba, de hecho, tenia razón.

   Le dedique una media sonrisa como respuesta, y salí de allí.

   Iba ir a mi casillero a sacar una chaqueta para ponerme y que nadie notara nada, pero cuando crucé la puerta noté por el rabillo del ojo, que alguien estaba apoyado contra la pared esperando.

   ─¿Qué tal?. ─dijo Liam mientras se acomodaba a mi paso.

   ─Si, bueno.. He tenido días de ocio mucho mejores que este. Asíque para mejorarlo, me voy a mi casa.

   ─La salida es por el otro lado ─dijo señalando con el dedo pulgar su espalda.

   ─Lo sé. ─dije de modo cortante en un intento de que acabara la conversación, pero luego lo mire de reojo ,y vi que hizo un gesto raro parecido al que uno hace cuando lo rechazan. Ese gesto me hizo sentir mal, e hizo que aminorara el paso. ─pero voy a buscar mi chaqueta para ponerme porque me ha hecho frío ─proseguí rápidamente para sacarme de encima ese sentimiento de culpa y pena.

   Liam se quedo callado acompañándome, hasta mi casillero. Una vez que me puse mi chaqueta, seguí camino por el pasillo aunque ahora en dirección contraria.

   Luego de unos segundos, miré a mi costado y estaba Liam allí, solo un paso atrás mío. Me miraba atento. Y eso me irritó un poco.

   ─¿qué? ─dije desviando la vista.

   ─Me debes una cierta explicación, o es que también tienes problemas de memoria. ─Esto último fue puro sarcasmo.

   ─No, no tengo problemas de memoria por ahora, pero creo que fue muy obvio lo que pasó.

   ─Entonces… no hay un “muchas gracias Liam, por salvarme mi vida, eres todo un héroe” ─Dijo parodiando con voz mas aguda.

   Yo me reí para mis adentros, porque no quería darle con el gusto.

   Al ver que no hubo respuesta alguna por mi parte continuó.

   ─¡Que humor, por dios! Te cobraré horas extras por servirte de bufón. ─Dijo poniéndose serio, para tantear que tan malhumorada estaba.

   Yo no pude mas, asíque le dedique una sonrisa con falta de gracia, pero en fin, una sonrisa honesta.

   ─Oye, escucha ─dijo interponiéndose en mi camino. ─No me gustó nada lo que vi hace poco, ¿OK? Y ya estoy mas que enfermo de verte sufrir por alguien que no lo merece, ¿entiendes? ─pude ver en sus relucientes ojos como el cielo, que me estaba hablando con el corazón. ─Así que, vete a casa y piensa todo lo que quieras, tomate el tiempo que pienses que es necesario, pero cuando te vuelvas a dirigir a mi, lo haces como si fueras aquella persona feliz y dulce que eras ─mientras el decía todo esto, mi rostro se iba empapando en lagrimas que ya no podían quedarse guardadas por mas tiempo. ─hay un tiempo para todo, y el tiempo de que sufras por ese imbécil de Ryan se ha terminado.

   Lo que estaba diciendo tenia sentido, y probablemente tenia razón, pero era difícil olvidarlo todo.

   Lloraba a más no poder, supongo que por esa razón Liam se compadeció de mi, y me abrazo fuerte. Como si la fuerza de su abrazo dependiera de la magnitud del dolor. Me agarré de Liam como si dependiera de su abrazo para no caer.

   Después de tanto tiempo, me sentí consolada.

   ─Te acompaño ─susurro cerca de mi oído.

   De una manera delicada cambio de postura para poder caminar y seguir abrazándome, y llevarme por fin a mi casa.