sábado, 11 de diciembre de 2010

Capitulo 6

Me bajé en un lugar muy bonito, casas bien arregladas, y limpio. Sobre todo limpio. Había gente rondando por ahí, toda la composición daba una sensación de tranquilidad.

   Me bajé justo en frente de una plaza, porque ni modo que me bajara en un barrio donde no hubiera nada.

   Crucé la calle y me senté en un banco bajo un árbol grandísimo.

   No tenía mucho que hacer, por lo que me acomodé y me puse a observar a la gente, las casas, el lugar.

   Había una pequeña que me llamó la atención. Era muy bonita por cierto, vestía una camisita de flores y una falda mini de color negra. Me gustó su cabello, largo, castaño y lacio.

   Me dio envidia.

   Ella danzaba alrededor de su madre, sonreía y corría hacia los juegos -que no eran muchos, solo unas hamacas, y toboganes-. Aunque para los niños una botella vacía es el juguete mas divertido de todos.

   Lo que me gustó de ella fue su simpleza. Todo parecía caerle bien, cuando su madre decía algo y ella simplemente lo hacia, sin preguntar, quejarse ni nada.

   Vi a su madre mirar el reloj en su muñeca, y a continuación se alejaron a paso acelerado.

   Divagué con la mirada toda la plaza, no estaba atestada, pero no había tanta gente, lo cual me alegró. Eso era lo que daba el clima de calma.

   Encontré que una señora, de unos 40 y tantos años estaba en la misma situación que yo. Sentada, sin ninguna preocupación, mirando pasar el tiempo. Supongo que ella tenía derecho, cualquier problema que ella pudiera tener seria más importante que el mío.

   Hice una mueca, tanta gente con tantos problemas, y yo… que desperdicio.

   Se me vino en la mente el rostro de Liam. Seguro le molestó esto mismo que me acabo de dar cuenta.

   Siempre va a tener la razón.

   De repente mi mente recordó el sueño. El latido de mi corazón se aceleró y empecé a sentir un calor en el rostro.

   ¿Qué me pasa? Fue sólo un sueño.

   ─Hola ─mi corazón se detuvo, ¡Que cambio! Me quede congelada, era una voz que se me hizo familiar, sin embargo el susto me invadió.

   En un segundo el tiempo pasaba más lento que nunca, y ahora empieza a pasar volando.

   Estaba tan distraída que en ningún momento sentí acercarse a nadie, y me di un buen susto. La realidad es que, el susto proviene mas por el tono y la semejanza de voz a alguien, mas que el susto de pillarme desprevenida.

   No quería mirar, no importaba que me equivocara, y pasara vergüenza. Sólo no quería arriesgarme.

  Así que dirigí mi mirada a la hierba bajo mis pies, con un claro signo de terquedad en que no iba a mover esta postura.

   ─Mmm… ¿Estás bien? ─dijo.

   Dio un vuelco total, esto se convirtió en pesadilla. No podía equivocarme, no podía. Era su voz, un poco más grave y amplia, pero era su voz.

   Estaba aturdida, no lo podía creer, era imposible.

   Esto tendría que ser otro sueño, si, eso debe ser.

   Mi acompañante se puso frente a mí. Y yo no me moví ni un centímetro.

   Ya no podía centrar mi vista al suelo.

   Vi unas zapatillas deportivas de buena marca, un tanto escondidas bajo un pantalón baquero a medida. El pantalón tenia un detalle de desgaste al frente, y oscuro a los costados.

   Enfoque mi vista al movimiento, puesto que las rodillas poco a poco se empezaban a marcar en el pantalón.

   Esta persona se estaba poniendo en cuclillas para ver mi rostro.

   No podía hacer nada, ¿Qué iba a hacer? Estaba congelada. Además una parte de mi quería acabar con todo esto.

   Si, no me había equivocado. Era él.

   Ryan.

   Esta ahí, en persona, frente a mi, en cuclillas.

   Estaba cambiado. Sus ojos más rudos, y más amables a la vez. Sus facciones cambiaron totalmente, ya eran las de un hombre y no las de un chico. Su cabello, ¡OH! ¡Su cabello!

   Desapareció. Su cabeza estaba sólo cubierta por una fina capa de cabello castaño claro.

   ─Hola ─sonrió para darme ánimos. ─¿Estás bien? Pareces… desorbitada. ─agregó, probablemente no era la palabra que quiso decir, pero ya qué.

   ─No. ─logré por fin decir algo.

   ─¿No estás bien? ¿Qué tienes? ¿Qué te duele? ─dijo cambiando su rostro a preocupación.

   ─No, no ─estaba atontada, no podía darme a entender. ─No a vos, a tu persona

   No se si entendió, pero yo me levanté, recuperando mi movilidad, y caminé sin saber a donde ir, pero caminaba en paso firme como si lo supiera.

   ─¡Em! ─gritó a mis espaldas.

   Se me vinieron unas ganas de darme vuelta y decirle que no me llamara así. Pero no hizo falta. Sentí una mano fuerte en ambos brazos y giré bruscamente quedando frente a él.

   ─No hagas esto ─suplicó ─He estado hecho un idiota todo este tiempo, y todo es porque no estoy contigo. Te vi ahí sentada, y dije que el destino me envía a estar junto a ti. Ya te he visto otras veces, y en todas se me ha parado el corazón. Me dan ganas de volver el tiempo atrás, y haber tenido la inteligencia, madurez o como quieras llamarlo, para no dejarte. ─hizo una pausa. No se si esperando una respuesta o qué. ─Estoy arrepentido ─prosiguió.

   ─Suéltame ─dije seria. Pero cuando obedeció se me escapó una sonrisa grande y ancha.

   Él la tomó como felicidad por su vuelta, y sonrió también.

   ─Nunca deje de pensar en ti. Nunca te olvidé. Nunca dejé de amarte. ─Sentenció.

viernes, 10 de diciembre de 2010

                                                        No he encontrado nada mejor,... asique
                                                                          Les presento..
                                                                                Liam!

sábado, 4 de diciembre de 2010

Capitulo 5

Era la fiesta de alguien en la escuela que no recordaba su nombre, pero no importaba tampoco. Eso no era lo que importaba.
  
   La casa era elegante, todo de madera costosa, con ventanales por donde quiera que se vea. Había cuadros de muy buen gusto en los lugares exactos, todo encajaba perfectamente. También parecía todo muy delicado, me daba miedo moverme bruscamente y romper algo.
  
   Me encontraba rodeada de gente que en la vida había visto, sin embargo me resultaban conocidas.
  
   Estaba en la “barra” -creo que se le puede llamar así, después de tanto lujo, ¿Por qué esta gente no iba a tener su propia barra en su living?-, en mis manos tenia un vaso estrecho, pero alto, tenia una bebida alcohólica que me gustaba, supuse que era Sex on the Beach. Mire a mi costado y vi a Helen, mi mejor amiga, que estaba con la mirada perdida en la gente que se agrupaba para bailar.
  
   ─¿A quién le hechas el ojo? pregunté divertida por su expresión. Supuse que estaba imaginando cosas, como era su costumbre en cuanto veía alguien interesante.
  
   Ella sonrió ante mi pregunta, y seguramente porque había acertado.
  
   ─En la otra punta, ¿ves? Remera bien ajustadita a esa crueldad para mi,... bueno…-se detuvo para no seguir, yo me reí con ganas y ella prosiguió. jeans oscuros, moreno. Por favor, párame cuando quieras, ¿eh? ¿No te das cuenta que se me cae la baba?
  
   ─Si, si Dije entre risas. Disculpa, me perdí en tu descripción. Ya lo veo, no está nada mal.
  
   Me miró con una mirada seria, casi de perrito mojado.
 
    ─No puedo hacerlo sola, ¡ayúdame! Pidió
  
    ─¡¿qué?! No, no… pero… ¿qué quieres que haga? ¿Ir y decir, “hola, a mi amiga se le cae la baba por ti”? Estas loca. Declaré
  
   ─No, no seas tonta. Sólo quiero bailar con él, y lo demás queda para el destino. Se estaba molestando porque veía por si misma que no iba a hacer semejante ridiculez. Sin embargo, mientras ella hablaba, le pedí al cantinero más de lo que estaba tomando.
  
   ─Aquí tiene dijo con extremo interés, que no presté atención.
   
   Miré a mi amiga que tenia la cabeza gacha por mi rechazo.
  
   Bufé teatralmente para llamar su atención.
  
   Ella me observó atentamente con la esperanza en sus ojos castaños.
  
   Levanté ambas cejas como signo de que siguiera cada paso. Me llevé el vaso a la boca, y bebí hasta el fondo su contenido. Quedé un poco estúpida, pero en fin, crucé la habitación en dirección al “moreno” sin nombre, por ahora.
  
    Me hice la distraída y me detuve cerca de él.
  
   A continuación, hice lo primero que se me pasó por la mente.
  
    Lo miré intentando parecer que lo conocía, hasta que se fijó en mí.
  
   ─Yo te conozco dije extrañada de haberlo encontrado aquí.
  
   ─Mmm… No lo sé Dijo pensativo, intentando recordar mi persona.
  
   ─Bueno, en realidad no a mí. Pero si alguien especial. Decía lo primero que se me ocurría.
 
   ─¿Sos pariente de alguien que conozco?

   No sé porque, pero me quedé en blanco.
  
   ─Voy a empezar de nuevo respondí con una sonrisa tonta en los labios. Si te conozco, por supuesto, ¿cómo no conocer el hombre que le robó el corazón a mi mejor amiga? ¡Que vergüenza!, me estaba poniendo en ridículo a mi misma, sentía como la sangre subía rápidamente a mis mejillas.
  
   El tipo estará pensando que estoy bien borracha. Lo peor de todo es que la entera situación me causaba risa, pero la contuve para no arruinarlo todo.
  
   Al comprender a qué me refería, sonrió.
  
   Al no obtener respuesta, me puse más roja todavía, hubiera parecido un tomate a los ojos del “moreno”.
  
   ─¡Vamos! reinicie la conversación, que no se porqué se había acabado incómodamente. Miré a donde mi amiga esperaba y moví la cabeza en señal para que viniera. Es una fiesta y hay que divertirse, ¿no? Además ella es preciosa. Me das las gracias luego. hice lugar para que Helen se incorporara entre nosotros.
  
   ─Hola dijo tímidamente Helen.
  
   ─Ella es Helen. Helen, el es… es… No me di cuenta que ni siquiera le pregunté su nombre. Era tan patética, que el “moreno” quiso salvar mi pobre intento de ser intermediaria-Cupido.
  
   ─Soy Derek respondió.
  
   Listo, mi trabajo terminó. Así que me retiré disimuladamente.
  
   Cuando me retiraba, volteé para dar media vuelta. Y me tropecé con alguien.
 
   ─Lo siento me apresuré a decir, y cuando levante la vista, era Liam.
  
   ─No hay problema, respondió sonriendo en tanto bailes conmigo.
  
   De repente me agarró con una mano la cintura, y la otra en el hombro. No pude escapar, por supuesto.
  
   Bailaba lento, totalmente descolocado a la música que tocaba, que por el contrario, era movida.
  
   ─Estás muy linda hoy dijo en tono seductor.
  
   La música cambió por completo y de repente estábamos bien a su compás.
  
   ─¿Qué estás diciendo? dije sonriendo por el cumplido.
  
   ─Podría decir muchas cosas sobre ti. Pero antes, me parece mejor hechos, que mil palabras

   Rodeó con ambos brazos mi cintura, lo que lo acercó mucho más a mí.
  
   Se fue acercando más y más a mí, hasta tener su rostro a escasos centímetros del mío, podía hasta sentir su calida respiración.
  
   ***  
   Desperté agitada, tirando las almohadas por cualquier lado.
  
   Suspiré.
  
   Nada tenia sentido, ¡por supuesto!

   Fue un sueño.   Hice una mueca ante el hecho, y fue doloroso. Sentí todo el lado izquierdo hinchado. Cierto, recordé lo de anoche.
  
   Salté de la cama, alcé las almohadas, para no tropezar, y me dirigí al espejo.
  
   Encontré la cara de una chica pálida, asustada y con la mirada en el pasado.
  
   Voy a cambiar eso.
  
   Hoy voy a planear un viaje, con destino desconocido.

   ***

   Miraba por la ventana del colectivo como el paisaje se iba poco a poco.

  
   El destino me enviaria al lugar que le apetezca.
  
   No me importaba tampoco, ya estaba conforme con solo alejarme de el hueco negro que es mi casa.