sábado, 19 de febrero de 2011

Capitulo 9: Liam

Por más que la busque por todos lados, Emily no está.

   Hoy no vino al colegio. ¿Por qué? ¿Le habrá pasado algo? ¿El padre le hizo algo?.

   Me rindo y trato de pasar el rato.

   Estamos sentados en las sillas del bar del colegio.

   Hace una temperatura especial. Corre una brisa hermosa.

   Tyler quiere salir a algún lado con todo el grupo.

   ─Tengo sed, ¿Quién pone dinero para la bebida? ─pregunta Tyler.

   Generalmente, cuando tiene ese tipo de actitudes, me hace acordar a Ryan.

   Creo que Tyler está más que feliz con ser el nuevo "líder" (por llamarlo de algún modo).

   Bueno, supongo que siempre será así. Uno que siempre va a la cabeza por los demás.

   No es que sea malo. Pero es molesto. Por eso no me opongo, ni hago de rebelde. Yo también tengo sed.

   Hacemos una ronda para poner el dinero en su mano.

   ─¿Quiéres que valla yo? ─Me ofrezco.

   ─¡Claro! ─Me dice alegre. ─Me ahorras el trámite. ─agrega, guiñándome un ojo. Por un momento, pensé que se refería a que no tenía ganas de ir. Pero cuando me dejó el dinero en la mano, y se fue junto a una chica, creo que llamaba Claire; comprendí.

   ─¿Vamos? Te acompaño, así no vas solito. ─Ashley, tan fiel a su trabajo: Estar siempre rondandome.

   Respondo con una sonrisa forzada, y me pongo en marcha.

   Ashley va inusualmente muy tranquila y callada. Pero la verdad es que, se esta muy bien así, por lo que ni me preocupo en empezar la charla.

   ─¿Sabes? Hace mucho que no salgo a ningún lado, ─Oh, no. No lo hagas. No me lo pidas. ─Y veo que a ti también te hace falta un poco de aire nuevo. ¿Por qué no salimos un rato después? Es decir, nosotros dos. ─Pregunta sin rodeos, enfatizando las palabras "nosotros dos" para descartar el viaje grupal.

   Genial, si me lo pide.

   Creo que estoy empezando a odiar esa forma suya en que siempre termina presionándome a hacer algo. A lo que me refiero es que... Nunca un "Te gustaría... ", "Que te parece si... ", "Quieres... " Es obvio que me pregunta, y que puedo decir "no" perfectamente.

   Es sólo que... no puedo.

   Hay algo en ella que es bueno.

   Es decir, ¡Está intentando ayudarme!

   ¿Por qué o para qué tengo que ser tan malo, o desagradecido con ella?

   Ya estábamos en el mostrador del bar.

   Me giro y le sonrío sin compromisos.

   ─Eh..., ─murmuro.

   ─¿Si? ¿Le ayudo en algo? ─interrumpe el señor que atiende el bar.

   ¡Oh! ¡Que oportuno!

   Ashley se queda esperando una respuesta, y yo con la nueva excusa, me vuelvo al vendedor sonriendo para hacerle mi pedido. Y por si fuera poco, me adentro más en el lugar, dejándola unos minutos.

   ¡Que actitud la mía!

   Me siento mal por ella, y antes de que el señor me cobre, le pido un chocolate, que pago por mi cuenta.

   Me reuno de vuelta con ella y levanto mi mano enfrente de la suya.

   ─Toma. ─Ella abre la palma y ve caer el chocolate. ─Gracias por acompañarme ─Es obvio que no solo me refiero a ahora, pero no tengo la menor idea de si ella lo capta, o se da cuenta.

   Se le ilumina el rostro con una sonrisa y responde animada:

   ─Si así va a ser,... Entonces te acompaño más seguido.

   Mmm... Ya, como si no lo hiciera todavía.

   No me gusta cómo sonó eso.

   Creo que es una tremenda metida de pata.

   ─Vamos ─insto.

   Empezamos a caminar de nuevo, y es imposible ignorar el cambio de humor en Ashley.

   Entonces... ¿Salimos a algún lado? ─Pregunta, ahora mucho mas confiada.

   Se nota el contraste, su pregunta anterior estaba manchada de inseguridad, y ahora hasta podía sonar entusiasmada, segura de mi respuesta.

   Esto es un error.

   No puedo dejar que esto, o mas bien ella, avance más.

   ─La verdad es que... Estoy sin energías para salidas. ─Miento insulsamente, pero se lo traga ─Pero... Quiero hablar contigo de algo.

   Para entonces, ya llegamos a la mesa en donde estaban todos.

   Hablamos de tonterías mientras bebemos, y luego toca el timbre que nos indica ir a clases de vuelta.

   Como se hace costumbre, algunos nos quedamos un rato mas sentados, hasta que Ashley me agarra para empujarme a clases, y luego cuando ya empiezo a caminar, se queda aferrada a mi brazo.

   En clases, intento prestar toda la atención posible, sin prestar mucho interés a los intentos de charla de Ashley, que ahora se sienta atrás mio.

   Asumo que es de mucha importacia, para ella sobretodo, que le tengo que informar mi desinterés hacia ella, o hacia cualquier otra. (Claro, con una excepción, pero no tiene porque saberlo)

   Cuando finalizan ya las clases. Recojo mis cosas, y salgo distraido por el pasillo.

   Cuando salgo ya del edificio, me acuerdo de mi tarea: Hablar con Ashley. Entonces detengo mi paso, y miro a mi alrededor. No la encuentro, y supongo que todavía no salió, como la mayoría, me vine muy deprisa.

   Me apoyo en la pared lateral del edificio, para tener mejor vista de quien sale, aunque está un tanto alejada (no mucho).

   Cuando la veo salir, sé que no me esperaba, porque se le escapa una sonrisa de sorpresa.

   Mientras se acerca, noto que se está regodeando en su propia felicidad.

   Me siento una miérda.

   ─¿Me esperas para acompañarme tú a mí? ─pregunta arquenado las cejas.

   ─De hecho, te tengo que decir algo ¿Recuerdas? ─Respondo, pero como si fuera buen perro, me levanto para obedecer. ─Te lo digo mientras vamos. ─La afirmación sonó como pregunta.

   ─Bueno, vamos. ─Dice, elevando las comisuras mientras asiente.

   Caminamos un rato, para alejarnos de cualquier oyente, después de todo, no quiero que sea mas bochornoso para ambos, de lo que ya es.

   Ashley me toma la mano, y dice:

   ─Entonces...

  Yo miro nuestras manos entrelazadas. Las levanto a la vista de ambos, y ella las observa conmigo un poco confusa, como si me preguntara si eso no era lo que yo quería.

   ─De esto quiero hablar ─Respondo agitando su mano.

   Ella quiere empezar a decir algo, pero la interrumpo, porque se que va a decir todo lo contrario a lo que yo estoy tratando de soltar.

   ─No, Ashley. Creo que... No está bien esto. ─aminoramos el paso, hasta detenernos y quedar de frente.


   ─No puedo... ─Empiezo sin saber muy bien qué decir. ─No puedo corresponderte. ─Digo un tanto inseguro por el término. Pero para afirmar más lo que dije, dejo caer mi mano de entre la suya.


   Ashley no tiene la menor idea de cómo actuar, o su respuesta es desconsierto.


   ─Pero... ─Es lo único capaz de decir. En su cabeza le está dando mil vueltas al asunto, seguramente filtrando algo que ella hiciera mal. Que interpretara mal. ─Yo...


   ─Puede que no sea muy tarde para... Ya sabes, mirar por otro lado. ─Comento.


   Un bien para los dos: No me siento tan poqueria, y ella se busca algo más.


   Ella me mira directo a los ojos, y aprieta los labios volviendo a bajar la cabeza cuando dice:


   ─¿Ya es demasiado tarde para ti? ─pregunta certera.


   «Si, ya es demasiado tarde para mi» pero no lo voy a decir en voz alta. En cambio, levanto mi brazo pasandolo por sus hombros, lo que la voltea de nuevos hacia al frente, y froto mi mano contra su hombro en respuesta.


   Empiezo a caminar de vuelta, lo que la obliga a ella también.


   ─Igual, eres buena amiga. ─Afirmo sinriendo para ya acabar con la tensión. ─¿Te gustaría ser sólo mi amiga? ¿O no lo merezco? ─Parodio, y ella sonrie al fin.


   Me palmea la mano que está en su hombro y se suelta.


   Cuando creo que me va a responder, me encaja un beso en la boca.


   Un beso desesperadamente apasionado. Sus manos, ahora en mi nuca, me aplastan contra su rostro.


   Aunque me cuesta, la separo de mi.


   Sus facciones me hacen la pregunta: ¿Y? ¿Sigue siendo demasiado tarde?


   ─Lo lamento Ashley.


   Ella se resigna de una vez por todas.


   ─Está bien. Disculpa por todo esto. Mejor sigo yo sola desde acá. ─murmura.


   Mientras se va, me doy cuenta de que a lo mejor fue para que no la viera llorar, o algo por el estilo.


   La entiendo, ¿Es que no es lo mismo o parecido a lo que me pasa a mi?


   Ya es demasiado tarde para mi. Intenté muy tarde que me gustara otra chica.


   Emily es la que quiero.








   Al otro día, todo es normal e incómodo con respecto a Ashley.


   Nos saludamos, si. Estamos cerca en el mismo grupo, si. Nos dirigimos la palabra, si. Pero ahi llega todo.


   Lo primero que noto es que, al tocar el timbre, ella ni me mira, sólo va a clases sola.


   Y es obvio ese cambio frente a los espectadores.


   Hoy Emily si vino. Y físicamente, esta bien (No sé, esperaba ver si el padre le puso la mano encima), aunque es obvio que no es la misma.


   Si antes me enojé porque ella estaba en su mundo, ahora deberia estar furioso de que literalmente viva en el mundo de su mente.


   Tiene la mirada fija en la nada, y en momentos frunce el seño intentando descubrir el mayor de los secretos.

   Cuando los días pasan, y sigue igual, me paso de nuevo al grupo de ella. La humillante verdad es que, aunque si me preocupa Emily, es totalmente incómodo estar con Ashley. Se que cada vez que me mira, me acusa. Y de que no puedo decir nada sin que ella voltee la vista para otro lado, y solo la vuelva porque alguien la llame.

   Este grupo es definitivamente más tranquilo.


   Me siento cerca de Emily para ver cual es su reacción, pero ella sigue flotando.


   Me estoy cuestionando seriamente mis sentimiento hacia ella.


   Creo que todo empezó cuando nos conocimos, yo era íntimo amigo de Ryan, por ende yo estaba presente cuando se pusieron de novios.


   Los dos grupos, el de ella y el nuestro, empezó una extraña confidencialidad.


   Hasta que al final se podía decir que eramos una mezcla de "amigos". Cada uno tenia afinidad con diferentes personas del grupo, y la mia por supuesto, estaba al lado de Ryan. Eramos el cuarteto, yo, mi novia Lauren, y ellos dos.


   Las cosas entre Lauren  y yo no estaban muy bien, ella vivía quejándose de muchas cosas, y llegaba un momento que acababa con mi larga paciencia.


   En esos momentos Emily me aconsejaba y yo intentaba seguir sus consejos para que la relación durase. Pero Lauren renía todas para acabar. Una vez dijo que ya se había cansado de mí, y de mi estúpido carácter.


   Intenté entenderla.


   Muy absurdo para un adolescente, pero así fue. Intentamos una segunda oportunidad. Estaba tan enfrascado en Lauren, en que todo vaya bien, funcione, y demás, que no me di cuenta del problema de Ryan hasta que me dijo que iba a terminar con ella y se iba a ir con su familia. Al parecer su familia se mudaba de casa, y así de colegio.


   Por lo que entendí, se sentía ahogado y abrumado.


   A mi me pareció mas que quiería volver para atrás y recuperar su vida anterior, por pura nostalgia.


   No sé qué tanto podría extrañar, si al principio la pasabamos de lujo. En nuestro pequeño grupo privado, todos bromeaban con todos, y podía pasarsela muy bien incluso por separado (sin Ryan, sin mi, sin Lauren).


   No había mucha diferencia con lo que él esperaba de una buena relación. Es decir, seguia con sus amigos de siempre, no había mucho de lo que Ryan hacia le molestara a Emily tanto como para "prohibirle" seguir haciéndolo. En conclusión, Emily estaba perfecta para cualquier chico al estilo Ryan, loco por su libertad.


   En fin, cuando se fue, Emily reaccionó realmente mal. Estaba despechada (realmente, para que hasta yo lo notara) que quizo fingir que no pasó nada. Sin emabargo aunque ella quisiera fingir, yo me mostré muy buen amigo y la acompañé. Ofreciendole mi soporte. Mas que todo, porque creí que Ryan era un animal sin motivo alguno.


   Yo realmente me concideraba su amigo, e intenté que se abriera, y me contara lo que realmente sentía. Pero ella obstinada se cerraba más y más, haciendose más daño.


   Lauren terminó conmigo.


   No hay segundas oportunidades para que algo estropeado vuelva a funcionar como la primera vez.


   Asíque Emily y yo eramos los infelices abandonados por el amor.


   Ella como forma cortés me prestó soporte (sólo por ser cordial, ella sólo se hundía en su propio pozo)


   Y fue ahí cuando pasó.


   Cuando mi rutina se transformó en cuidarla y extrañar lo que era. Cuando por querer comprender, me veía observandola aprendiendo nuevas expresiones en su rostro.


   En un error mio por entender, me puse en el lugar de Ryan. Me preguntaba porqué iba a extrañar algo, qué cosas negativas podía haber en ella. Y me ví a mi mismo encontrando las cosas positivas de ella.


   Fue un descuido de mi parte cuando tenía la guardia baja.


   Sin embargo, los dos seguimos cada uno con su vida.


   Ella parecía normal, pero sin ningún signo de sentirse normal.


   Y yo, también intentaba buscar una vida normal. Y pues... Por supuesto intenté volver a la vida amorosa. Pero, nunca me convencían. Flirteaba por ahi, y luego descartaba de inmediato.


   Conocí a Ashley, y ella me gustaba. Empezamos ese jueguito, al cual yo jugaba a medias, y así hasta que me rendí .


   Yo quería estar con Emily.


   Dejé todo, y me concentré en ella. Después de todo, no tenía elección. Es decir, mirando otras chicas, no funcionaba. Y si Emily me rechazaba, ya estaba.


   Digamos en una palabra, estaba regalado con moño y todo.


   




   A la salida de clases la busqué, y noera de extrañarse encontrarla en su árbol de atrás de la escuela.

   Era como su santuario.

   Me senté a su lado sin llamar mucho la atención. Estaba dispuesto a esperar, después de todo, en algún momento ella tendría que reaccionar y darse cuenta de que tiene que volver a casa.

   Ella ni se permuto al sentarme cerca.

   Me distraí pensando en las musarañas. Y me pregunté ¿Qué estoy esperando? ¿Para qué espero que me preste atención?

   Entonces ya sé porqué.

   Era jugar a todo o nada.

   No creo que lo sepa de todos modos, ella no es tan esquiva como para andar por el lado mío sin siquiera decir algo. Sería egoísta, y ella no lo es.

   Es estúpido seguir así.

   Definitivamente es hora de actuar, en vez de mirar.

   Como si fuera el destino que me respone, siento unos brazos alrededor de mí. Y no me puedo creer lo que estoy viendo.

   Emily me está abrazando.

   ¿Se supone... ?

   ¡Oh! ¡Ya! ¡No seas tan tonto! (Es difícil cambiar la forma de actuar con ella, pero lo hago).

   Estiro mis brazos y la abrazo también. No como amigo, sino como yo quiero.

   ─No sabia que ya volví a ser la de antes ─comenta antes de respirar más rápido.

   Después de un rato se separa, y yo para que no se aleje. La atraigo hacia mí, y me acomodo para que ella se quede así. A mi lado.

   ─No, de hecho pareces peor ─Se me escapa, y frunzo el ceño. ─Por eso volvi. Pero parece que ni te diste cuenta. ─Digo con recelo.

   Ella asimila las palabras, y sé que se va incómodar, porque... ¿Qué derecho tengo? ¡NINGUNO! Soy su amigo, si. Pero no es suficiente. Al menos no para mí.

   Miro de reojo y la veo pensando, más bien, debatiendo algo. Al final suelta como atragantada, como si lo quisiera decir desde antes.

   ─Ryan volvió. Es decir, lo encontré en una plaza y me pidió que volviera con él.

   Además de que todos mis organos caen al piso, siento tanto odio. Quiero decir «¡¿Qué?!» El muy desgraciado la deja tiraba a la deriva, y ahora ¿Quiere volver?.

   Estoy desquiciado. Y eso me pone enfermo, porque odio esas olas de emociones que me hacen parecer psicópata. Asique... simplemente me callo.

   Es entonces que ella dice:

   ─Ya sé, no te preocupes. Le dije que no podía volver con él, y me respondió que entró al servicio militar.

   ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? ¿Intenta dar lástima?

    ─¿Y?  ─Pregunto molesto.

    ─Pues, que no puedo dejarlo así como así. Un tipo al cual yo consideré como un padre cuando era mas chica, entro en eso y… lo ultimo que supe de él, fue que todas sus cosas quedaron a cargo de su hermana ─Me explica en resumen ─Y bueno… eso me ha atormentado estos días. ─Termina.

   Si, ¡Claro! Quiere dar lástima. Juega sucio el maldito.

   ─Te aterroriza que no vuelva, y peor aun, que le hayas rechazado antes. ─Ahora entiendo por dónde viene la mano. La verdad me tiemblan los labios por querer decir algo. ─¡Él terminó contigo! ¡No le debes nada! ─En puro impulso lo largué. Como si le explotara en la cara.

   Estoy nervioso, no quiero tratarla mal. Pero... ¡Dios! ¡Va a seguir creyendo en él! ¿Cómo puedo mantener el auto-control si ella sigue pensando en él. Y yo cayendome a pedacitos. Es que... Emily nunca me va a ver más que como su amigo. Y es tan frustante.

   Ella se levanta y se separa de mi. «Genial, ¿Por qué simplemente no soplas hacia mi para terminar de desmoronarme? Es más fácil que cualquier cosa que pienses.» Digo para mis adentros sarcásticamente.

   ─Ya sé, y es por eso que intento convencerme a mi misma de que ya no vale la pena. ─Dice con tristeza.

   Ella sólo está intentando olvidarlo. No estoy siendo justo. Soy impulsivo. Me dan ganas de abrazarla tan fuerte que hasta podría romperla, como una muñeca. De repente siento un entusiasmo, por querer cuidarla, y por intentar ayudarla.

   ─Tú no lo dejas salir. ─Digo, y para explicarme mejor señalo su cabeza. ─Necesitas distraerte, no encerrarte sola. ─Señalo con dulzura. Y se puede decir que todo el clima lo hace necesario. Asíque me acerco y pienso en decirle. Pero su cercanía me propone otra cosa. Me acuerdo de Ashley, y de su beso. Y ahora entiendo: La desesperación. ─Necesitas… saber. ─Digo casi inaudible frente a su rostro.

   Como si el coraje estuviera en una caja, lo saco y lo dejo fluir por mi cuerpo.

   Sin miedo ahora, pongo mis manos a cada lado de su cara, y presiono mis labios contra los suyos.

   No es menos de lo que esperaba que sería.

   Además pensé que ella me rechazaría, y no lo ha hecho.

   Tan fácil como vino, así de facil se me va el coraje. Y me aparto obligandome a mantaner mi rostro cerca. Si, seguía esperando un rechazo. O algo parecido. Pero ella solo gesticula:

    ─No entiendo...

   ¿No es obvio?

   ─Creo que es lo mas obvio del mundo Emily. ─Respondo con sarcasmo, pero ella sigue confundida. ¿A qué espera? ─Em… todo el mundo sabe que… voy a seguir atrás tuyo aunque sigas enamorada de mi antiguo mejor amigo. ─Busqué las palabras minuciosamente, sin embargo siguen avergonzandome decirlas en voz alta.

   Ella sigue con su cara de confusión. Y me viene una sensación de inseguridad arrolladora. ¿Se está burlando de mí? Estudio sus facciones. Ella no es de esas. Pero, ¿Por qué tanta confusión? Para todo el colegio era obvio que yo estaba literalmente "babeando" por ella. ¿Por qué ahora me enoja que ella no lo vea?

   Miro sus ojos, que están tan cerca de mi. Ella está pensando. Y de repente, noto el color en sus mejillas. Que adorable.

   ─Pero… Ashley. Si, ¿ustedes no… ? ─Intenta zafarse. Que frustración.

   ─No. Además, ya me cansé de intentar. ─Respondo con sinceridad, alejandome, dandole espacio.

   ─¿Intentar el qué?

   ─Esta cosa de… prueba y fallo. ─Respondo incomodo. ─ya he salido con suficientes chicas como para ser inteligente y darme cuenta que con la única que quiero salir, es contigo. ─Ya está. Me cansé de tanto suspenso.

   ─Liam… ─Hace una pequeña pausa buscando las palabras. ─Esto… No lo había pensado antes.

   ─Claro que no. ─Digo para mí, más que para ella.

   ─Liam… Yo te quiero. No lo puedo negar. Es decir ¿Cómo? Si siempre has estado ahí, para mi. Cuando te necesité, solo miraba a mi lado, y te veía. ─Ahora estaba nerviosa, y confiesa: ─y… siento mucho que hayas pasado por eso. Creo… Creo que, si hubieras estado antes, ya sabes, me hubieras dicho esto antes de ver a Ryan, creo que… yo… creo que hubiera podido… estar contigo ahora.

   Siento como si me dieran una cajita de regalo, y cuando la abro, alguien salta desde dentro gritando ¡Sorpresa!

   Esas palabras no pueden entrar en mi cabeza. Y hay algo en todo esto, que me molesta. Y no me es difícil detectar qué es.

   Siempre después de Ryan.

   Ya no me importa.

   ─No es lo que esperaba. ─Digo con íronia, y sonrío

   ─¿Qué cosa?

   ─No son las palabras que exactamente esperaba escuchar, y sin embargo podría haberme tirado de donde quieras por escucharlas. Pero, no me satisfacen, porque sigues pensando, o queriendo compararme con él. ─No puedo evitar decir la verdad.

   Le pasa por el rostro el reconocimiento y puedo estar seguro de que tengo razón.

   Ella se lo piensa un rato, y responde:

   ─Te quiero, independientemente de cualquier cosa que tenga que ver con Ryan. ─Me eleva las esperanzas, sé que lo que dice es cierto. Y se tomó el trabajo de que al momento de decirlo sea verdad.

   Traducido: Me quiere.

   Lo que es igual a: Tengo esperanzas.

viernes, 18 de febrero de 2011

Capitulo 9: Emily

Las semanas pasaban, y yo entraba y salía, a lapsos indefinidos, de sueños a la realidad.
En momentos estaba en clases, y en otros imaginaba toda la situación con Ryan, es decir, perdonándolo y volviendo con el. O todo tipo de variables con respecto a mi relación con él.
Necesitaba estar cien por ciento segura de que estaba bien, y de que Ryan es parte del pasado. Pero ¿Cómo? Si estaba tan preocupada por él, porque le pasara algo en esta “nueva profesión”.
Sabia que lo correcto era dejarlo pasar, y guardarlo en un cajón en mi mente, sin embargo otros recuerdos afloraban.
El recuerdo de perdida de alguien por el maldito servicio militar. Nunca pensé que iba a pasar por lo mismo, se suponía que no iba a pasar más. Pero acá estaba, con un ex novio que no se si deje de amarlo y se esta metiendo en es pesadilla.
Mis ensoñaciones eran muy frecuentes, porque dentro de mi estaba el aturdimiento de no querer dejar a Ryan ir a ese lugar, no quería perderlo, y por otro lado, el de dejarlo ir, no solo físicamente sino también mental y sentimentalmente
En otros momentos estoy tan enferma y cansada de pensar en ello que vuelvo a la realidad desesperadamente para quedarme ahí.
Soy vagamente consciente de todo.
-Emily, ¿Qué tienes? ¿Qué traes? -me preguntaba mi mejor amiga Helen. A lo cual, yo respondía:
-Nada -casi monótona.
Aunque era mi mejor amiga, no le había contado sobre Ryan. Claro que sabia sobre nuestro noviazgo y sobre que el termino conmigo, por supuesto, es lo que sabe el colegio entero. Pero nada mas.
No pude contárselo porque lo jure, porque así tenia que ser, y así fue.
En unas de esas salidas a la realidad, me encontré sentada en el mismo árbol de siempre, era fuera de clases, lo sabia porque Liam estaba sentado a mi lado (él, a menos que no sea una emergencia, no perdería sus clases por mi).
Como antes, siempre a mi lado.
Me sorprendió. No me acuerdo de que me halla perdonado, mucho menos ahora que estaba ida del todo.
Ahora que lo pienso, ¿no es esto una emergencia? ¿faltó a clases?
Me doy cuenta de que no, porque a lo lejos puedo ver otros chicos, además no esta haciendo nada, solo me acompaña.
Si fuera emergencia… haría algo, ¿no?
Me alegra mucho de que vuelva conmigo. El sigue mirando al frente sin hacer caso a mi observación. Asíque me acerco lentamente y lo abrazo.
Lo siento titubear, pero al fin me lo devuelve muy firme.
-No sabia que ya volví a ser la de antes -repuse contra su pecho. Al decir aquello me dio miedo de que vuelva todo ese alejamiento y alargué más el tiempo del abrazo.
En fin, me separo para darle espacio.
Porque estoy segura que no se esperaba esa reacción de mi.
Pero el me apoya a su costado contra el tronco del árbol.
Me agrada, creo que pasaron siglos sin el. Liam, el único que siempre estuvo ahí para mi.
No, de hecho pareces peor. Por eso, volví. Y parece que ni te diste cuenta. -¿siempre fue tan directo? La primera parte de su frase suena con dolor, pero la segunda se le agrega… ¿frustración?.
Pobre Liam, debe estar arto de mi.
De todas formas, yo misma lo estoy.
Debe de pensar en alguna madera de romper esta amistad para librarse de mi, de una vez por todas.
-Ryan volvió. Es decir, lo encontré en una plaza y me pidió que volviera con él. -le solté.
Si hay alguien que merece que le cuente todo lo que verdaderamente siento, esa persona sin dudarlo, es Liam.
Aunque nunca había sido tan abierta con él, me siento bien.
No parece lo mismo por parte de Liam, que cambia su semblante para reemplazarlo por rabia.
-Ya sé, no te preocupes. -Le prevengo. -Le dije que no podía volver con él, y me respondió que entró al servicio militar.
-¿Y?
-Pues, que no puedo dejarlo así como así. Un tipo al cual yo consideré como un padre cuando era mas chica, entro en eso y… lo ultimo que supe de él, fue que todas sus cosas quedaron a cargo de su hermana. -le cuento porque él no lo sabe. Aunque si que sabe de que mi papá es un desgraciado, asíque lo comprende. -y bueno… eso me ha atormentado estos días. -Concluyo.
-Te aterroriza que no vuelva, y peor aun, que le hayas rechazado antes. -Afirma muy seguro, y también muy resignado. -¡Él terminó contigo! ¡No le debes nada! -Exclama mirando al cielo.
Yo a su lado, noto perfectamente la tensión de su cuerpo, también noto que esa posición ya es incomoda.
Me enderezo alejándome unos centímetros de él.
-Ya sé, y es por eso que intento convencerme a mi misma de que ya no vale la pena. -en mi voz se desliza un sentimiento de tristeza, lo que hace que parezca que de verdad lo intento.
Liam también se endereza, y quedamos frente a frente.
-tú no lo dejas salir -responde.
Señalando mi cabeza, pero sin tocarla. -Necesitas distraerte, no encerrarte sola. -dice poniendo los ojos en blanco -necesitas… -se acerca mas hacia mi, para hacer alguna seña con sus manos o algo, como lo de mi cabeza. O eso creía. -Necesitas… saber. -susurra.
Y con determinación, pone sus manos a cada lado de mi rostro, y me besa.
No me resisto, porque mi cuerpo se desconecto de mi cabeza.
No encuentro donde están mis manos, o alguna extremidad.
La cabeza da muchas vueltas, y me mareo al instante.
No comprendo, ¿Qué se supone que tengo que saber?
¿Qué hay otros chicos, u otra gente en quien pensar?
Liam se separa unos escasos centímetros para ver mi expresión.
Lo miro confusa y admito:
-No entiendo… -digo entrecortadamente, aunque agradezco tener voz para decirlo.
-Creo que es lo mas obvio del mundo Emily -decia, pero yo todavía seguía sin entender.
Además, estaba mas consciente de que no se alejaba ni medio milímetro.
-Em… todo el mundo sabe que… voy a seguir atrás tuyo aunque sigas enamorada de mi antiguo mejor amigo. -confiesa, avergonzado.
Liam no estaba conmigo por amistad, ¡¿él esperaba algo más de mi?! ¿es que de verdad no le importa? ¿no le importa que sea tan estúpida, lenta, despistada, melancólica y desesperada?
Me hace sentir rara, porque yo estaba tan embobada con Ryan que no había reparado en nadie más.
Me quedo con este pensamiento, porque parece decir mas de lo que parece.
Parece decir mas de mi… mas de lo que me gustaría…
Mi vida giraba en torno a Ryan, ya fuera porque estaba con él, o cuando me dejó, o cuando esperé a que iba a volver, cuando quise olvidarlo, cuando intenté avanzar ya de una vez, cuando vuelve, y ahora, cuando deseo que la elección que tome es la correcta.
¡siempre es sobre él!
Esta verdad me sorprende y me siento estúpida, de haber perdido todo en él.
Me sentía ultrajada.
Como si me hubieran metido un chip en la cabeza con esa única función:
Ryan.
Siento como si hubiera descubierto el final de un laberinto.
La cabeza se me despeja.
Vuelvo en si, pasaron solo unos segundos.
Liam, sigue esperando una respuesta. A lo mejor tomó mi espera como que estaba pensando en él, pero no. Otra vez, estaba pensando en Ryan.
-pero… Ashley. Si, ¿ustedes no… ? -digo muy lucida (bueno… con respecto hace un minuto).
-No. Además, ya me cansé de intentar. -Dice, ahora si se aleja para ponerse en mejor pose.
Aunque no me di cuenta, él se me había “declarado”.
Supongo que insinuar que esté con otra, no es una muy buena respuesta para alguien que (en otras palabras) dice “me gustas”.
-¿intentar el qué? -pregunto con interés, pero a la vez para ganar tiempo.
Necesito pensar en esto que me dice Liam, además de muchísimas cosas mas, a las cuales pase por alto por culpa de Ryan.
-Esta cosa de… prueba y fallo. -responde incomodo. -ya he salido con suficientes chicas como para ser inteligente y darme cuenta que con la única que quiero salir, es contigo.
Ahora, en la forma en como lo dice, caigo de una vez por todas, en la cuenta de lo que me dice. Y poco más, la mandíbula no me queda colgando frente a él.
Si, es obvio que no le importa nada, esta ciego.
Por suerte, consigo un poco de autocontrol, y resisto las ganas de abrir la boca como en las películas.
-Liam… -«no sabes lo que dices» estoy por decir, pero si lo sabe. Algo en él me lo dice. Parece haberlo premeditado desde dios sabe cuándo. -esto… No lo había pensado antes.
-Claro que no -responde por lo bajo.
-Liam… -intento de nuevo -yo te quiero. No lo puedo negar. Es decir ¿Cómo? Si siempre has estado ahí, para mi. -creo que voy por buen camino. -cuando te necesité, solo miraba a mi lado, y te veía. -empiezo a mirar la hierba que hay bajo mis manos, porque no puedo mirarlo a los ojos. Simplemente me marea. -y… siento mucho que hayas pasado por eso. Creo… -estoy llenando vacíos. A lo mejor lo que voy a decir no sea cierto. -creo que, si hubieras estado antes, ya sabes, me hubieras dicho esto antes de ver a Ryan, creo que… yo… creo que hubiera podido… estar contigo ahora. - la voz en las ultimas palabras fueron apenas audibles, pero firmes. Lo cual me extraña.
Siento un calor que me hierve las orejas. Pero lo que las quema, es su mirada. Se que me está calvando con la mirada, aunque en este momento este viendo mis manos, que compulsivamente pellizcan la hierba.
«puede que si»
Puede que sea cierto lo que dije.
En realidad, Liam no está nada mal. De hecho, es perfecto. Por lo menos lo que necesito.
El silencio me está matando.
Levanto la mirada y me encuentro con la suya.
¿Cuántas veces he mirado directamente a esos ojos mar profundo, desde que rompí con Ryan?
Por lo menos en lo que soy consciente, solo dos veces:
Cuando me acompaño a casa después de llorar, y ahora.
-No es lo que esperaba. -dice haciendo aparecer una sonrisa.
-¿Qué cosa? -Pregunto.
-No son las palabras que exactamente esperaba escuchar, y sin embargo podría haberme tirado de donde quieras por escucharlas. Pero, no me satisfacen, porque sigues pensando, o queriendo compararme con él. -confiesa.
Tiene razón.
Aunque quiero remendarlo. Quiero decirle la verdad, aunque no puedo sin decir algo que le de la razón.
Me pone triste. Su tristeza, me pone mal.
Porque no puedo darle lo que quiere.
-te quiero, independientemente de cualquier cosa que tenga que ver con Ryan. -eso está bien. Por lo menos hizo que sonriera francamente.
Separa los brazos, y los extiende hacia mi en forma de pregunta.
Me acerco a ellos sin dudar.
Recuesto mi cabeza en su pecho, y mis dedos se cierran en su espalda.
Quiero el bien para Liam. Robaría por él, para darle lo que quiera.
Es una deuda que no puedo pagar, a menos que le ocurra lo mismo que a mi. Lo peor de todo es que, yo le estoy haciendo algo similar.
Me siento en deuda.
Si, voy hacer lo que sea necesario para recompensarlo.